Luz blanca para el hogar y la oficina: clasificación, usos y aplicaciones

La luz es uno de los aspectos que hay que cuidar más dentro del hogar, dado que tiene una influencia directa en la visión de los que viven ahí. Sabemos que cada tipo de luz tiene un efecto diferente en la visión, por lo que es percibida de forma distinta. Por esa razón, creamos este post dedicado a la luz blanca y las aplicaciones que puede tener en distintos espacios.

Como todo lugar, el hogar y la oficina deben contar con un sistema de iluminación acorde con las necesidades que se posean, además de la función que tenga. Recordemos que el hogar es ideal para descansar y relajarse, mientras que la oficina requiere de un ritmo de vida más ajetreado.

En este post te enseñaremos a diferenciar entre la luz blanca y la amarilla o cálida, además de ayudarte a elegir la más adecuada. Así, podrás adaptar la iluminación según el ambiente y la función de cada habitación, evitando daños en la visión a largo plazo.

Diferencia entre luz blanca y luz amarilla o cálida

Dado que nuestro cuerpo funciona de acuerdo a los cambios de luz que existen en un día ( ritmos circadianos ), es posible adaptarse según las tonalidades de la iluminación. Lo que genera una reacción distinta en el caso de la luz blanca, creando diferencias básicas como:

• La luz blanca nos mantiene despiertos, dado que nuestro cuerpo se acostumbra a percibir una iluminación blanca que nos ayuda a mantenernos más activos. Esto funciona de manera ideal para iluminar zonas donde se necesita mantener el cuerpo adaptado a la constante actividad.
• La luz amarilla, por el contrario, sirve para descansar. En el caso de las tonalidades más amarillas, son traducidas por nuestro cerebro como una invitación a la relajación y el descanso para el cuerpo. Lo que ayuda a prepararse para dormir, ayudándonos a mantener un sueño mucho más eficiente.

La luz amarilla, funciona mejor en áreas como el salón o los dormitorios donde el ritmo de vida agitado no es necesario. De manera que el cuerpo pueda empezar a prepararse mentalmente para descansar después de un largo día.

Clasificación según su temperatura

Aunque es posible disfrutar de cualquier tipo de luz de una forma adecuada, se necesita tener conocimiento sobre su clasificación para escoger la más adecuada. La luz blanca LED se clasifica según su temperatura de color de la siguiente manera:

• Blanco cálido: destaca por ser una tonalidad que posee una temperatura de color aproximadamente de 2700º K a 3000º K. Este tono suele ser más amarillento y es parecido a la conocida tradicionalmente como luz incandescente y a la luz de las velas.
• Blanco natural: este tono se caracteriza por una temperatura de color aproximada de 4000º K, que es el tono que más se aproxima a la luz del sol.
• Blanco frío: una tonalidad que puede llegar fácilmente a una temperatura de color de 5000º K a 6000º K. En este tipo de tono existe una mayor inclinación por los tonos más blancos parecidos al neón. No se aconseja sobre pasar los 5500º K, ya que a partir de esta temperatura de color se tiende al color azul, el cual es dañino para el ojo humano. Solo se aconseja una temperatura de color superior a 5500º K en la iluminación de espacios exteriores o en grandes espacios.

¿Dónde se recomienda usar luz blanca?

Considerando que existen varias tonalidades para elegir, es necesario conocer la mejor ubicación para cada una de ellas. De manera que se pueda aprovechar al máximo la función que tiene la iluminación y se evite todo tipo de daños en la visión. Por lo tanto, podemos definir que la forma recomendada de usos de la luz blanca es la siguiente:

• Blanco cálido: funciona perfectamente en las habitaciones donde la iluminación debe ser más suave, porque su tonalidad permite obtener un efecto relajante. Entre las habitaciones donde se puede usar se encuentran la sala de estar, los dormitorios o el comedor. Por otro lado también es recomendable en museos y hostelería en general.
• Blanco natural: este tipo de iluminación es el punto medio perfecto para aquellos a los que la luz cálida les puede parecer muy amarilla y la luz blanca o fría muy blanca. Resulta ideal para los aseos, cocinas, oficinas, zonas de trabajo y habitaciones donde se requiera una percepción exacta de los colores, ya que no enmascara los colores.
• Blanco frío: funciona de mejor manera en las habitaciones donde se necesite mayor iluminación. Esta tonalidad sirve para lugares como la cocina, garajes, talleres, aseos, oficinas y también en zonas de trabajo como en naves industriales.

¿Qué es mejor para leer luz blanca o luz amarilla?

Si eres una persona a la que le gusta leer, entonces es importante saber elegir la iluminación dentro de tu hogar u oficina. Dado que la visión puede verse afectada por la exposición a una mala iluminación durante la lectura o un trabajo donde se necesite percibir los detalles, seguro que te preguntarás si para leer necesitas la luz blanca o la luz amarilla.

Considerando el efecto de relajación que aporta la luz amarilla, solo es recomendable para cortos espacios de tiempo. Lo más adecuado a la hora de leer es utilizar la luz blanca natural. Dado que es la que más se asemeja a la luz del Sol, el ojo humano la percibe como una luz menos artificial y por consiguiente con menos fatiga visual.

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